Para música vamos, dijo la zorra.
Debió decirlo cuando era perseguida por algún sufrido amo de un gallinero, contestando a la gentileza de otra que la invitaba a la fiesta. Se dice, pues, cuando alguien es invitado a participar en un jolgorio, pero los apuros, las prisas, el trabajo o la tristeza se lo impide.