viernes, 2 de marzo de 2012

3773

Nunca llueve a gusto de todos.
Da a entender que las cosas no suceden con agrado y aplauso de todos: a unos favorecen y otros salen perjudicados, igual que pasa con la lluvia, que unos la desean y otros la temen, a unos beneficia y a otros hace daño.

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